Hanoi: lago Hoàn Kiếm

Parece increíble la calma que se siente mirando hacia el lago, teniendo en cuenta, que sólo dándote la vuelta puedes ver toda la vorágine de la ciudad, su gente y su tráfico. Y es que, el lago de la espada restituida, es el centro alrededor del que se ha construido Hanoi.

Por supuesto, como a nosotros nos gusta, el lago está rodeado de una antigua leyenda: el emperador Lê Lợi  pescó del lago Thuy Luc (es decir, el lago de agua verde, ya que contiene un alga que tiñe el lago de este color) una espada mágica que le proporcionaba una gran fuerza, a la que llamó  Thuận Thiên o voluntad celestial. Con ella, fue capaz de derrotar en 10 años a los invasores chinos de la dinastía Ming. Se proclamó emperador, cambió su nombre por Lý Thái Tổ  y fundó la capital de su imperio, Than Long, a orillas del lago. 

Un día el emperador paseaba en su barco dragón por el lago y apareció una tortuga dorada gigante, que cogió la espada Thuận Thiên y se la devolvió a los dioses.

Para honrar a la tortuga, el emperador mandó construir una pagoda y desde entonces, el lago es conocido como Hồ Hoàn Kiếm (Lago de la Espada Restituida).

Actualmente, en la zona Sur del lago Hoan Kiem, se encuentra el símbolo oficial de Hanoi; la Torre Tháp Rùa (Torre de la Tortuga). 

El lago Hoan Kiem cuenta también con otro islote importante; Ngọc Sơn (Montaña de Jade, supongo que el nombre deriva del color verde del lago, que recuerda a la piedra). Aquí se encontraba el palacio de verano de los emperadores de la dinastía Le, pero fue destruido por el fuego. En el siglo XIX, el sabio Nguyen Seu, mandó reconstruir el templo y un pabellón. 

Para acceder al templo Ngọc Sơn (Montaña de Jade), en la zona norte del lago, primero hay que pasar por el curioso obelisco Tháp Bút (Torre de la Pluma), que tiene cinco pisos con tres caracteres chinos que se pueden traducir como "la pluma tiene que estar junto a la tinta".

Después se cruza el puente Thê Húc (Sol Naciente), un bello puente rojo intenso con adornos de animales y caracteres chinos a los lados, también diseñado por Nguyen, para darle la bienvenida al sol de la mañana.

Una vez en el templo, el primero que vemos de este tipo, por lo que es quizá el que más de todos nos impacta, te empapas de la atmósfera y las tradiciones de Vietnam.

Es en el pabellón Ba Tran, contiguo al templo, es donde los vietnamitas se entretienen con juegos de mesa tradicionales y que a nosotros nos resultaron dificilísimos de comprender.

Dice la tradición, que aquellos que ven una tortuga en el lago Hoan Kiem son bendecidos por la buena suerte, y por lo visto no es nada habitual hacerlo. La fortuna acompañó a Miguel, que consiguió ver una, e incluso al señalarla nuestra guía Duyen también pudo avistarla. Yo como soy algo (o bastante) despistada no la vi, pero espero que de la suerte de Miguel se me pegue algo ;).

Después de ver el atardecer en el lago, nos dirigimos al teatro Thang Long para ver las marionetas de agua.