Tarazona: a las faldas del Moncayo

29 de mayo de 2017

Tarazona es una singular e histórica ciudad aragonesa con un problema de marketing, porque nosotros estando tan cerquita, solo la conocíamos por sus fiestas del "cipotegato" y de la que supimos que merecía la pena visitar casi por casualidad.

Tarazona

Decimos que es singular, porque habiendo pertenecido al reino de Aragón tiene peculiaridades de una ciudad fronteriza, ya que lo era con respecto al reino de Castilla y ha salido perjudicada en más de una ocasión con motivo de las guerras entre ambos reinos, provocando una mezcla de estilos arquitectónicos cuyo ejemplo más llamativo se puede observar sin duda en su catedral.

¿Qué ver en Tarazona en un día?

Llama mucho la atención su antigua plaza de toros, de planta octogonal, ya que fue construida por 8 acaudalados turiasonenses y cada uno se encargó de un flanco y que desde el principio  tuvo un doble propósito: la parte que daba al interior del patio se utilizaba como coso taurino y las partes del edificio con vistas al exterior se alquilaban como viviendas.

plaza de toros octogonal, tarazona

Con un aforo para más de 5000 personas, fue la "salida" oficial de Tarazona de las murallas medievales y tuvo una vida corta como albero, ya que menos de un siglo después se construyó otra plaza de toros y quedó como mercado ganadero primero, y como aparcamiento de coches después. En la actualidad, después de una remodelación se han abierto balcones hacia el interior, recuperando el color del ruedo y el propósito de vivienda y lúdico, ya que se celebran verbenas y otras actividades festivas.

plaza de toros octogonal, tarazona

Cruzando un disfrazado río Queiles se llega a la zona medieval del Tarazona, la parte más antigua de la ciudad. Si como nosotros visitas la zona con un bebé, te recomendamos el uso de mochila para los desplazamientos, ya que las calles son estrechas, sinuosas y empedradas con cantos, que tampoco son aptas para cualquier tipo de calzado.

El edificio más notable de esta parte de Tarazona, con el permiso del palacio Episcopal cerrado por reformas y del que no podemos opinar, es el ayuntamiento. Construido sobre la muralla en la plaza de mercado con función de Lonja tiene una bella galería con arcos, que parece antigua pero es una restauración de mediados del pasado siglo y en el que se copiaron los arcos del sobreclaustro del monasterio de Veruela, en un intento por recuperar el pórtico que antaño tuvo la lonja y desde el que se verían los festejos celebrados en la plaza.

fachada ayuntamiento, tarazona


Pero, sin duda, el protagonismo se lo lleva el hermoso friso original que cuenta la coronación de Carlos V como emperador. Todo un ejemplo de Arte e Historia que se realizó como homenaje al monarca, fallecido poco antes de empezar las obras. Completando la fachada otros relieves de diferentes épocas y temáticas: figuras de Hercules, Caco, Tubalcaín, la Justicia, la Sabiduría y escudos más modernos o antiguos que le otorgan una belleza singular al conjunto. Una pena que la plaza del mercado esté llena de coches, quitándole sin duda gran parte del encanto que tienen otros cascos antiguos en los que es más fácil transportarte en el tiempo.

friso ayuntamiento tarazona


Aunque hace ya mucho tiempo que el edificio funciona como ayuntamiento, todavía se recuerda su cometido original con el monumento al cipotegato, y en sus fiestas a finales de Agosto, donde se conmemora, según cuenta la leyenda, la liberación de un preso cada año al que se le concedía la libertad si era capaz de salir del pueblo mientras que los aldeanos le tiraban los restos de verduras y hortalizas que sobraban del mercado.

Cipotegato

Las antiguas entradas (y salidas) al barrio judío se recuerdan hoy con un símbolo de la red de juderías de España, y lo más llamativo de este lugar, además de su historia y de que han conservado el trazado histórico no se encuentra en la judería en sí, sino en el límite entre la judería vieja y el barrio alto: son las casas colgadas que ocupaban miembros de la nobleza baja y cuyas fachadas traseras se apoyaban en la muralla medieval quedando "voladas" por encima de la judería.

entrada judería,  tarazona


Terminamos la visita al casco histórico en el minarete que ha estado observándonos desde que hemos llegado a Tarazona, en la hoy Iglesia de Santa María de la Magdalena, hogar de culto de la nobleza turiasonense cuando reconquistaron Tarazona, pero que fue una mezquita durante el dominio Árabe y en el que se puede ver la convivencia entre el estilo mudejar en la parte central originario del siglo XV y el medieval cuya parte baja es del siglo XIII y la más alta del XVII y que se construyó para que la torre alcanzase los 45 metros y dado que está en una de las partes más altas de la ciudad es un perfecto mirador para observar la ciudad y también el Moncayo.

minarete tarazona


moncayo, tarazona


La iglesia es coqueta y tiene mucha historia, lo que pasa que palidece en comparación con la catedral, pero sin duda las vistas desde allí valen la pena.
No pudimos entrar al palacio del Arzobispado, cerrado por obras, lo que nos obligará a volver a Tarazona, porque nos han dicho que lo merece. Así que ya sabéis, si estáis por la zona y tenéis un día libre, os recomendamos la visita.



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