Una vez visitado Oporto, establecimos en Guimaraes nuestro centro de operaciones en el noroeste de Portugal. Desde allí nos movimos a Braga, Viana do Castelo, Ponte de Lima,..
Eso nos permitió conocer Guimaraes de una manera diferente al resto de ciudades, y creemos que fue una buena decisión, ya que Guimaraes está muy bien conservada y su centro histórico medieval es extraordinario. No lo decimos nosotros, es ciudad Unesco desde 2001.
Uno de sus indispensables es el castillo de Guimarães, que no se encuentra en el casco histórico, pero está ha un paseíto colina arriba. Data del siglo X y en él ocurrió la batalla de San Mamede, que a nosostros igual no nos dice mucho, pero para los portugueses representa su origen como nación.
Cuando su función defensiva ya no les hizo falta a los ciudadanos de Guimaraes se utilizó como pajar, cárcel, estuvo abandonado y finalmente se rehabilitó y se encuentra abierto al público desde 1940.Se puede recorrer el perímetro del castillo por unas pasarelas de madera que rodean el patio de armas y visitar la torre del homenaje, que tiene una exposición contando cómo se forjó Portugal.
Justo en frente se sitúa el Palacio de los duques de Braganza, un palacio del siglo XV de las que sin duda destacan sus chimeneas cilíndricas. Actuamente se utiliza como sala de exposiciones y no se pueden hacer fotos en su interior.
Todavía no en el centro histórico, pero ya muy cerquita a él se encuentra la Iglesia de San Gualter, cuyas torres dominan la altura de esta parte de la ciudad y rodeada de jardines y avenidas que le proporcionan un entorno diferente. Es mucho más bonito el exterior, su interior es bastante modesto.
Pero si vamos a hablar de iglesias en Guimaraes sin duda hay que nombrar la iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, alma del centro histórico de la ciudad, en la que se vuelve a unir religión e Historia ya que se remodeló un antiguó convento en 1385 por orden de João I, que le había prometido a la Virgen de Oliveira un templo si vencía al ejército castellano de Juan I de Castilla.
En su exterior se encuentra el monumento del Salado, una bóveda gótica de piedra con cuatro arcos apuntados y un cruceiro en su interior. Conmemora la victoria de una batalla en el río Salado en Cádiz contra los musulmanes en el siglo XIV y que supuso una inyección de ánimo entre las tropas cristianas. En Portugal también provocó que Alfonso IV pasara a la Historia como Alfonso el bravo.
Comunicando dos de las plazas más emblemáticas: la de Santiago y la de Largo de Oliveira se encuentra el antiguo palacio de la municipalidad, actualmente es un museo y lo que más destaca de él es sin duda su bonito portico.
En Guimaraes se conservan bastantes tramos de las murallas medievales de la ciudad, aunque gran parte de ellas quedan ocultadas por otras construcciones. La más singular se encuentra en Largo do toural, porque sobre ella hay un cartel luminoso que conmemora que fue en Guimaraes donde se libró la batalla de S. Mamede en el siglo XII y donde se estableció la nacionalidad portuguesa con la frase "aquí nasceu Portugal".
Por supuesto, totalmente recomendable perderse en el laberinto de calles y plazas murallas adentro, y es que no hace falta saber nada de su historia para disfrutar de sus bellas edificaciones medievales. De entre todas destaca la Rua Santa María, la más antigua de la ciudad y donde se encuentran algunos edificios emblemáticos como el ayuntamiento que fue el Convento de Santa Clara, una de las capillas de la Pasión. la casa Arco y un largo etcétera. Más que recomendable.
Sobre todo por la noche, cuando Guimaraes enciende pequeñas luces en sus edificios medievales y nos vemos envueltos de una "ambiente navideño" que le da una atmósfera increible a la ciudad.
Además cuando paseas por sus callejuelas ves puertas abiertas y claro te fijas de reojillo para cotillear.... En su interior hay escenas de la pasión de Jesucristo. Una mezcla diferente entre las ilminaciones navideñas y las escenas de la semana santa.
Sin duda recomendamos visitar Guimaraes: impregnarte de su Historia por la mañana y vivir su atmósfera mágica por la noche, acompañado de un gran ambiente porque no hay que olvidar que Guimaraes es una ciudad universitaria, así que no se tiene esa sensación de vacío de otras ciudades portuguesas en horas nocturnas.
Justo en frente se sitúa el Palacio de los duques de Braganza, un palacio del siglo XV de las que sin duda destacan sus chimeneas cilíndricas. Actuamente se utiliza como sala de exposiciones y no se pueden hacer fotos en su interior.
Todavía no en el centro histórico, pero ya muy cerquita a él se encuentra la Iglesia de San Gualter, cuyas torres dominan la altura de esta parte de la ciudad y rodeada de jardines y avenidas que le proporcionan un entorno diferente. Es mucho más bonito el exterior, su interior es bastante modesto.
Pero si vamos a hablar de iglesias en Guimaraes sin duda hay que nombrar la iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, alma del centro histórico de la ciudad, en la que se vuelve a unir religión e Historia ya que se remodeló un antiguó convento en 1385 por orden de João I, que le había prometido a la Virgen de Oliveira un templo si vencía al ejército castellano de Juan I de Castilla.
En su exterior se encuentra el monumento del Salado, una bóveda gótica de piedra con cuatro arcos apuntados y un cruceiro en su interior. Conmemora la victoria de una batalla en el río Salado en Cádiz contra los musulmanes en el siglo XIV y que supuso una inyección de ánimo entre las tropas cristianas. En Portugal también provocó que Alfonso IV pasara a la Historia como Alfonso el bravo.
Comunicando dos de las plazas más emblemáticas: la de Santiago y la de Largo de Oliveira se encuentra el antiguo palacio de la municipalidad, actualmente es un museo y lo que más destaca de él es sin duda su bonito portico.
En Guimaraes se conservan bastantes tramos de las murallas medievales de la ciudad, aunque gran parte de ellas quedan ocultadas por otras construcciones. La más singular se encuentra en Largo do toural, porque sobre ella hay un cartel luminoso que conmemora que fue en Guimaraes donde se libró la batalla de S. Mamede en el siglo XII y donde se estableció la nacionalidad portuguesa con la frase "aquí nasceu Portugal".
Por supuesto, totalmente recomendable perderse en el laberinto de calles y plazas murallas adentro, y es que no hace falta saber nada de su historia para disfrutar de sus bellas edificaciones medievales. De entre todas destaca la Rua Santa María, la más antigua de la ciudad y donde se encuentran algunos edificios emblemáticos como el ayuntamiento que fue el Convento de Santa Clara, una de las capillas de la Pasión. la casa Arco y un largo etcétera. Más que recomendable.
Sobre todo por la noche, cuando Guimaraes enciende pequeñas luces en sus edificios medievales y nos vemos envueltos de una "ambiente navideño" que le da una atmósfera increible a la ciudad.
Además cuando paseas por sus callejuelas ves puertas abiertas y claro te fijas de reojillo para cotillear.... En su interior hay escenas de la pasión de Jesucristo. Una mezcla diferente entre las ilminaciones navideñas y las escenas de la semana santa.
Sin duda recomendamos visitar Guimaraes: impregnarte de su Historia por la mañana y vivir su atmósfera mágica por la noche, acompañado de un gran ambiente porque no hay que olvidar que Guimaraes es una ciudad universitaria, así que no se tiene esa sensación de vacío de otras ciudades portuguesas en horas nocturnas.
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