Aunque pueda sorprenderte el centro histórico de Hoi An no es lo único que atrae hasta allí a los turistas, Hoi An tiene bastante vida nocturna y kilómetros de playas ocupadas por lujosos resorts a precios económicos.
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Hoi An
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Hoi An: resorts y vida nocturna
28 de febrero de 2017
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Hoi An: centro histórico
5 de febrero de 2017
Andar por el centro de Hội An te proporciona una sensación de estar paseando por una ciudad antigua, rodeada de leyendas y con un carácter que en el resto de Vietnam sólo hemos ido bebiendo a sorbitos. Pero no aquí, en este pequeño y singular barrio se puede respirar historia en cada rincón.
Sus habitantes atraviesan el casco antiguo en moto, ya que los coches no pueden circular por allí, y los edificios, de corte chino, japonés y francés le otorgan una personalidad única.
A diferencia del resto de lugares que visitamos en Vietnam, no leímos mucho sobre esta pequeña ciudad, sólo sabíamos que merecía la pena visitar su puente japonés, que cerca de allí se encontraba My Son y que hay un montón de resorts porque los japoneses y chinos adinerados se vuelven locos por sus playas, por lo que nos sorprendió más si cabe.
Sus habitantes atraviesan el casco antiguo en moto, ya que los coches no pueden circular por allí, y los edificios, de corte chino, japonés y francés le otorgan una personalidad única.
A diferencia del resto de lugares que visitamos en Vietnam, no leímos mucho sobre esta pequeña ciudad, sólo sabíamos que merecía la pena visitar su puente japonés, que cerca de allí se encontraba My Son y que hay un montón de resorts porque los japoneses y chinos adinerados se vuelven locos por sus playas, por lo que nos sorprendió más si cabe.
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Puente japonés de Hoi An
11 de junio de 2016
El puente cubierto japonés, situado en el corazón de la ciudad, fue construido por comerciantes japoneses en el siglo XVI y nos recuerda, sin duda, el pasado mercantil y marítimo de Hoi An.
Cuenta la leyenda, (esta es una de las partes que más me gusta de viajar a otros países, aprender su cultura, pero también su pasado, sus mitos, sus creencias) que había un monstruo marino gigantesco, llamado Cu, con la cabeza en la India, el cuerpo en Vietnam y la cola en Japón, que cada vez que sufría, daba un coletazo provocando terremotos en Japón. El corazón de Cu estaba justo donde se construyó el puente y en su interior colocaron un templo taoísta para rezar por el alma del monstruo.
La verdad es que su propósito fue unir el barrio japonés en el este con el chino del oeste, que en la antigüedad estaban muy mal comunicados. En la puerta de la entrada al templo taoísta, hoy dedicado al dios de Jade, se puede leer: "puente para los viajeros que vienen de lejos" y actualmente es uno de los testimonios más importantes del pasado compartido con los japoneses de todo el el país. Unas décadas después de la construcción del puente, Japón prohibió a sus habitantes comerciar con otros países, por lo que los Japoneses exiliados fueron volviendo a su país de origen o asimilando las costumbres de los países de acogida, haciendo si cabe más importante el legado que quedó en Hoi An.
Su construcción comenzó en el año del mono y terminó en el año del perro por lo que a un lado hay dos estatuas de perros y al otro dos de monos que se encargan de ejercer de guardianes del puente, del templo y del transeúnte.
Aunque sólo permanece abierto mientras haya luz del día, y hay que pagar para atravesarlo, el precio es bastante simbólico e incluye la entrada a otros 4 templos de la ciudad (no llega a 5 euros por la entrada a 5 monumentos), y sin duda merece la pena por ver los techos de madera y cruzar a través de un trocito de historia.
Cuenta la leyenda, (esta es una de las partes que más me gusta de viajar a otros países, aprender su cultura, pero también su pasado, sus mitos, sus creencias) que había un monstruo marino gigantesco, llamado Cu, con la cabeza en la India, el cuerpo en Vietnam y la cola en Japón, que cada vez que sufría, daba un coletazo provocando terremotos en Japón. El corazón de Cu estaba justo donde se construyó el puente y en su interior colocaron un templo taoísta para rezar por el alma del monstruo.
La verdad es que su propósito fue unir el barrio japonés en el este con el chino del oeste, que en la antigüedad estaban muy mal comunicados. En la puerta de la entrada al templo taoísta, hoy dedicado al dios de Jade, se puede leer: "puente para los viajeros que vienen de lejos" y actualmente es uno de los testimonios más importantes del pasado compartido con los japoneses de todo el el país. Unas décadas después de la construcción del puente, Japón prohibió a sus habitantes comerciar con otros países, por lo que los Japoneses exiliados fueron volviendo a su país de origen o asimilando las costumbres de los países de acogida, haciendo si cabe más importante el legado que quedó en Hoi An.
Su construcción comenzó en el año del mono y terminó en el año del perro por lo que a un lado hay dos estatuas de perros y al otro dos de monos que se encargan de ejercer de guardianes del puente, del templo y del transeúnte.
Aunque sólo permanece abierto mientras haya luz del día, y hay que pagar para atravesarlo, el precio es bastante simbólico e incluye la entrada a otros 4 templos de la ciudad (no llega a 5 euros por la entrada a 5 monumentos), y sin duda merece la pena por ver los techos de madera y cruzar a través de un trocito de historia.
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