Caracena

Caracena es una villa medieval muy bien conservada que se encuentra en la provincia de Soria. Hace poco os contamos nuestra excursión a través de su cañón y cómo habíamos decidido volver a visitarla.

De Caracena es bastante conocida su iglesia románica de San Pedro debido a su galería porticada con bellísimos capiteles apoyados en columnas y que fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional nada menos que en 1935. El arco más destacable de la galería es sin duda, el de la entrada, que cuenta con un bello capitel de temática equina apoyado en cuatro columnas torsionadas que por sí sola merece la visita.

Pero no solo la galería porticada, típica y casi exclusiva del románico soriano destaca en esta iglesia, por su gran estado de conservación, si tenemos en cuenta que se construyó en el siglo XII, y por supuesto, su ubicación alrededor de un paisaje agreste. Su interior, que no pudimos visitar, si que está muy modificada, y también la estructura con la torre cuadrangular situada encima del presbiterio.

Bajando la calle que une la iglesia con la plaza se puede ver la fachada del antiguo Hospital, el bar del pueblo, y unas casas con sus fachadas de piedra que transportan a tiempos mejores.

Ya en la plaza, se encuentran el rollo, la cárcel y el lavadero. Su rollo o picota es de principios del siglo XVIII y está bastante bien preservada, teniendo en cuenta que no se encuentra en su ubicación original.

El rollo fue trasladado en los años 20 del siglo pasado, quizás durante una corriente romántica, porque en aquella época patrimonio no se cuidaba tanto como ahora. La antigua cárcel, ahora de propiedad privada, se estuvo utilizando como tal hasta bien entrado el sigo XX, una pena que no se pueda visitar por dentro.

Paseando por las pequeñas callejuelas de la villa, un poco alejada se encuentra la Iglesia de Santa María de la Asunción, también del siglo XII y que la construyeron los habitantes que se desplazaron a Caracena desde Gormaz. Mucho más sencilla que la de San Pedro, también de estilo románico, de los que destacan ciertos detalles de la decoración de la fachada.

Pero la riqueza monumental no sólo queda dentro de sus murallas, su castillo es de los mejores conservados de la provincia y en sus afueras se puede ver (y pisar) un puente de origen romano y reconstruido en época medieval con un ojo de medio punto que parece hecho a compás.

A los alrededores de Caracena también se pueden ver atalayas, ermitas y otros monumentos que nos recuerdan la importancia que tuvo esta villa, otrora fronteriza entre moros y cristianos, de la que otro día os hablaremos de su abandonado pero imponente castillo.