Es la puerta de entrada (y salida) que tomaremos para llegar al desierto de Kyzyl Kum donde se encuentra el campamento de nuestra yurta, una tienda de campaña circular con techo en cúpula, utilizada por los nómadas de algunos países asiáticos.
Desde Bukhara
Nuestra primera parada de camino a la yurta es Gidjuvan. Allí visitamos el taller de la familia Abdulla Narzullayev, que van por la sexta generación de alfareros donde nos explicaron todos los pasos que van realizando para fabricar su cerámica artesanal.Visitamos después un pequeño museo con cerámicas otros talleres de Asia central y una tiendita donde se puede comprar alguna de las obras artesanales que hacen allí.Además de las espectaculares figuritas de barro de todo tipo y color, nos enseñaron los bordados de los que se encargan las mujeres de la familias.
Atravesamos las montañas de Nurata y nos adentramos en el desierto Kyzyl Kum, donde estaremos el resto del día y de la noche. Puedes leer nuestra experiencia en la yurta aquí.
Hacia Samarcanda
Visitamos Nurata al comenzar nuestro viaje hacia Samarcanda. Tenemos que confesar que nuestro taxista, como buen uzbeco, no habla mucho inglés y cuando llegamos al complejo Chashma y a la fortaleza Nur, no teníamos ni idea de dónde estábamos, ni que hacíamos allí. Ya nos pasó lo mismo en Vietnam, y la verdad es que la situación tiene su encanto, y afortunadamente en esta ocasión, hemos descubierto donde estuvimos, ya que no paraba de repetir Aleksandr Makedonskiy, y no sé como llegamos a la conclusión acertada, de que hablaba de Alejandro Magno.Primero visitamos el complejo Chashma, uno de los centros islámicos más importantes de Uzbekistán. Había un montón de uzbecos recogiendo de una fuente garrafas y garrafas de agua, pero nosotros no entendíamos nada, porque en ese momento no sabíamos que se trataba de un manantial con la fama de curar todo tipo de enfermedades, incluso las mentales. En el surtidor nadaban un montón de peces sin escamas, que se consideran sagrados, porque son los encargados de mantener la pureza del manantial. A su lado una mezquita del viernes, con una de las cúpulas más grandes de Asia central. También hay un pequeño cementerio y las reliquias de diferentes profetas, que convierte este complejo, en un lugar de peregrinación.
Subiendo desde el complejo Chashma hasta la fortaleza Nur se pueden ver árboles de los que cuelgan infinidad de cintas, colocadas con la esperanza de que los deseos de los suplicantes sean satisfechos. Ademas los uzbecos firman el monte con piedras blancas, en los que incluso se leen declaraciones de amor.
Después de una "subidita" con vendedores de amuletos y ofrendas para hacerles a los santos llegamos a lo alto de la fortaleza Nur. Esta fortaleza fue construida por Alejandro Magno en el año 327, en las faldas de las montañas de Nurata, con la forma de la constelación de la osa mayor. Ahora se encuentra casi todo en ruinas, aunque se puede subir a una torre rectangular, donde lo mejor son las vistas de la montaña y de Nurata.
Finalizada nuestra visita por la capital de Navoi nos ponemos rumbo a Samarcanda con una parada en mente: los famosos petroglifos. Nuestro taxista se olvidó en el camino de ida de pararnos allí y yo no quería perdérmelos. así que iba un poco nerviosa porque tampoco sé donde están..
Una hora después llegamos al desfiladero de Sarmysh, donde podemos ver y tocar las pinturas rupestres. Nos detenemos poco más de media hora, por lo que no nos da tiempo de ver las casi cuatro mil imágenes diferentes que se pueden encontrar en la montaña Karatau, y que llevan allí desde la Edad de Bronce.
Tenemos que reconocer que el estado de las carreteras no es el mejor del mundo, hay controles de policía cada vez que cambias de provincia, los coches no son tan cómodos como a los que estamos acostumbrados y al final se nos hizo muy duro, llegamos muy cansados a la hora de comer... Por otro lado, la experiencia fue interesante y puedes hacerte una idea mejor de como viven los uzbecos en las zonas más rurales. Desde el coche, pudimos ver las cosas más variopintas:
Hasta que no te acercas mucho, no se ve que no es un verdadero coche de policía. |
Se siguen viendo madrazas y mezquitas de lo mas bonitas a kilómetros de distancia de la civilización. |
Esta huerta se encontraba en medio del desierto de Kyzyl kum. |
Y ahora ya sí, directos a Samarcanda...
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