Ponte de lima

Ponte de lima fue la primera villa de Portugal en conseguir sus fueros, allí por 1125, por lo que es considerada la aldea portuguesa más antigua y actualmente es famosa por su vino verde y sus numerosas casas palaciegas, muchas de ellas dedicadas al turismo.

Si hay algo que destaca por encima de todo lo demás en Ponte de lima, es, como su propio nombre indica, el largo puente medieval que cruza el río Lima.

La iglesia de Santo Antonio da Torre Velha se encuentra en medio del puente, separando cinco arcos romanos del resto del puente construido en el siglo XIV debido a un cambio en el curso del río Lima.

Su sencillo interior de estilo barroco tardío del siglo XV contrasta con la naturaleza  de la que está rodeada.

A su lado se encuentra la capilla del ángel de la guarda, un pórtico de raíces románicas y góticas, que se cree se encuentra allí desde el siglo XIII, y que se fusiona a la perfección con el puente medieval y la iglesia.

El río Lima está asociado a la mitología romana y a las leyendas, cosa que me encanta. Según la tradición, la belleza del lugar les hizo comparar el río Lima con el legendario Lethes o el río del olvido, por lo que los soldados romanos no se atrevían a cruzar el río, pensando que si lo hacían olvidarían todos sus recuerdos. Entonces el comandante Brutus, cruzó a caballo el río, y desde la otra orilla, fue llamando a los soldados uno por uno, demostrándoles que no era el río del olvido.
Actualmente, y para recordarlo, se encuentran representados el comandante en una orilla y los soldados romanos en la otra.

Pero volviendo al puente romano, que desde hace más de 2000 años une las dos orillas del río Lima y que comunicaba Braga con el resto de ciudades romanas constituyendo el único paso seguro del río (de 108 km de longitud)  hasta finales de la edad media y que más tarde se convirtió, y aún es, parte del camino de Santiago Portugués; nos pareció curioso que tiene música y de lo mas variopinta, lo mismo suena un vals que un fado, y la verdad es que te alegra un montón el paseo.

Ya en lo que es la propia localidad destacan los restos de la muralla y dos torres de las nueve fortificaciones que tuvo en su época medieval.

Está además muy concienciada con sus numerosos jardines de todo tipo que invitan al visitante a pasear y a que las pausas sean más relajantes. Es habitual ver a gente sentada en la avenida de los plátanos.  Todos los años se celebra un festival internacional de jardines, y es que, no por nada se dice que Ponte de Lima es la ciudad más florida de Portugal.

Su pequeño casco histórico esta lleno de edificios de los más diversos estilos arquitectónicos: el ayuntamiento, la iglesia matriz, palacios, fuentes, calles empedradas... modesta pero bonita lo que mas nos llamó la atención además de su bellísimo puente medieval musical, es que incluso rodeados de tráfico, nos sentimos en una ciudad que cuida de sus costumbres y de su folclore.

Y es que Ponte de Lima es una villa apegada a sus tradiciones, con mucha cultura, que se respira al pasear por sus calles y que se recuerda en algunas esculturas, que además se  las enseñan al visitante.