Las navidades son una época de juguetes nuevos, familia y comida, sobre todo mucha comida. No sólo durante las fechas más señaladas, también se aprovecha para quedar con amigos a tomar unos vinos y, los más atrevidos, también para seguir comiendo.
Nosotros hemos aprovechado que en la cena de anoche nos sobró un confit de pato para hacer un risotto, y comer algo rico pero no tan contundente, que nuestros estómagos agradecerán.
Ingredientes para 2 personas:
150 g de arroz carnaroli
800 ml de caldo de pollo
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
1 muslo de pato confitado con su grasa
100 g de hongos embotados
Achicoria deshidratada
Un chorrito de Brandy
Un chorrito de leche evaporada
20 g de queso parmesano en polvo
Deshebrar el muslo de pato con la ayuda de dos tenedores.
Calentar la grasa de pato y rehogar la cebolla cortada en trocitos muy pequeños y el ajo. Poner el caldo de pollo a calentar en una otra cazuela.
Una vez que la cebolla haya quedado transparente, incorporar los hongos, un chorrito de brandy y un poquito de caldo. Salpimentar.
Añadir el arroz carnaroli con la achicoria deshidratada e ir incorporando el caldo hirviendo cacito a cacito. Es importante que el arroz vaya absorbiendo el caldo, antes de ir incorporando más (¡¡pero que no se quede seco!!) por lo que hay que estar removiendo constantemente. Sólo así se consigue esa textura suave tan característica del risotto.
Unos 20 minutos después, cuando el grano esté ya blandito, añadir el último cacito de caldo, incorporar el pato, y sólo entonces, rectificar de sal y pimienta.
Por último añadir un chorrito de leche evaporada para suavizar un poco el risotto y el queso en polvo.
No tardar mucho en servir para que no se apelmace.
¡Buen provecho!
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