Parada de metro Yunus-Rajabiy en Tashkent. Foto tomada por Dmitriy Chistoprudov. |
Ya comentamos aquí, que no hay manera de comprar los billetes de tren en España, a no ser que se haga a través de una agencia, así que fue de las primeras cosas que hicimos cuando estuvimos en Khiva. Tardan unas horas en expedir el billete, se paga en moneda local por adelantado, y hay que dejar el pasaporte.
No sabíamos si comprar el tren de alta velocidad (Afosiyab) o el Sharq, al que le cuesta una hora y media más hacer el trayecto. Con sólo 15 minutos de diferencia en la salida de los trenes (no hubiéramos podido estar más tiempo en Samarcanda) y sin ninguna prisa por llegar a Tashkent (llegar a las ocho o a las nueve y media de la noche tampoco marcaba mucha diferencia).
En la kassa donde compramos los billetes nos lo pusieron muy fácil, porque nos ofrecieron directamente el Sharq, que fue el que cogimos. Mientras esperábamos nuestro tren, pudimos ver el Afrosiyob desde la estación, y estuvimos cuestionándonos nuestra decisión, porque hacía calor y el Sharq no tiene aire acondicionado, pero la experiencia que tuvimos con los locales disipó toda duda, fue una de las cosas más auténticas que hicimos en Uzbekistán.
Llegamos a Tashkent puntuales (cosa que nos podemos decir de ninguno de los trenes que cogimos en España para este viaje) y directos a dormir. La habitación era bastante claustrofóbica (menos mal que íbamos ya con esa idea), así que intentamos pasar el menor tiempo dentro de ella.
No teníamos grandes expectativas de esta ciudad soviética, que fue destruida en un terremoto en 1966, y del que por lo tanto no quedan muchos monumentos antiguos. Y la primera impresión no ayuda mucho: grandes avenidas parecidas a las que ya habíamos visto en Urgench, con edificios monstruosos a los lados... Sin embargo, hay bastantes cosas que, ya que estás allí, puedes ir a visitar.
Lo más bonito de la capital, es, sin duda, el metro. Nos lo fuimos recorriendo poco a poco durante el día que pasamos allí, tantas veces como pudimos, a veces solo para ver una estación y coger el metro siguiente. Sin embargo, está terminantemente prohibido tomar fotografías por razones de seguridad, y hay policías por todas partes, así que no nos atrevimos a tomar ninguna y las que hay en esta entrada las hemos cogido prestadas de http://chistoprudov.livejournal.com y que le hacen bastante justicia.
Parada de metro Pakhtakor en Tashkent. Foto tomada por Dmitriy Chistoprudov. |
Parada de metro Alisher Navoiy en Tashkent. Foto tomada por Dmitriy Chistoprudov. |
Parada de metro Mustaqillik Maydoni en Tashkent. Foto tomada por Dmitriy Chistoprudov. |
A mí personalmente una de las que más me gusto fue la parada "cosmonauta", porque aunque no lo parezca en la fotografía, daba la sensación de que estabas viendo astronautas flotando y era la más diferente del resto, pero hay muchas que son espectaculares.
Parada de metro Kosmonavtlar en Tashkent. Foto tomada por Dmitriy Chistoprudov. |
- Yunus Rajabiy, fue un importante compositor y músico uzbeco, al que le dedicaron la estación que lleva su nombre en 2001.
- Pakhtakor demuestra que el "todopoderoso" fútbol está extendido también por Asia central, y está sera la parada donde deberás bajar si quieres ver jugar al Pahktakor F.C. en el estadio Pahktakor Markaziy, aunque este no debe ser el equipo en el que juega Rivaldo, como se encargarán de decirte desde los puestos del mercado cuando se enteran de que eres español.
- Alisher Navoiy fue un poeta afgano del siglo XV, que compaginó sus actividades literarias con la política, donde mejoró considerablemente la vida social en Asia central. Además de encargarse del patrocinio no sólo del arte y la literatura, también de las ciencias, fue el fundador del idioma uzbeco.
- Mustaqillik Maydoni, que puede traducirse como plaza de la independencia, conduce a la plaza homónima, una de las más importantes de la capital, donde se encuentran grandes monumentos y la torre de la televisión.
- Kosmonavtalar a Vladimir Aleksandrovich Dzhanibekov, astronauta que participó en la misión Soyuz 27, orihundo de Uzbekistán.
Además del metro nosotros, por supuesto, nos fuimos al mercado, a Chorsu, el más grande de Asia central. Nuestra experiencia te la contamos con el resto de mercados de Uzbekistán, aquí.
Una de las cosas que más nos sorprendió de Uzbekistán es el montón de niños que hay volando cometas. En Tashkent veíamos algunas en el cielo, pero a ningún niño volándolas. Al pasar por el hotel a refrescarnos después de comer, descubrimos porqué.
Por la tarde tuvimos que elegir entre visitar museos (hay a montones), madrazas, o parques, y nos decidimos por el parque, ya que no habíamos visto muchos, y queríamos llegar descansados a España, que al día siguiente había que trabajar.
De entre todos los parques que hay en Tashkent, fuimos a Alisher Navoiy National Park, un gran parque con arboleda, un lago muy grande, un parque de atracciones (parecido al que vimos en Bukhara), estatuas, puentes... todo muy coqueto.
Y nos gustó tanto, y estábamos tan a gustito, que en vez de ir hasta la torre de televisión a ver el atardecer como habíamos planeado, decidimos quedarnos hasta el anochecer...
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